
Croquetas de jamón perfectas y su mejor maridaje de vino
Croquetas de jamón: la tapa que nunca falla (y el vino que la eleva)
Hay croquetas que están buenas… y luego están esas croquetas de jamón que, en cuanto crujen, te llevan direct@ al bar de tu barrio de toda la vida. Doradas, cremosas por dentro, con ese toque profundo de jamón serrano y el punto justo de sal. Son puro tapeo español, pero también el bocado perfecto para montar un aperitivo de lujo en casa con una buena copa de vino.
En este artículo vas a encontrar una receta de croquetas de jamón fácil pero resultona, pensada para que queden crujientes, suaves y llenas de sabor. Y, sobre todo, vas a descubrir qué vino elegir para que cada bocado brille aún más: desde blancos frescos de Rueda hasta tintos jóvenes de Rioja o Ribera del Duero.
Si te apasionan las croquetas, el tapeo y el vino, aquí tienes tu guía completa: tradición en el plato, Denominación de Origen en la copa y la ayuda de Vinomat para acertar siempre con el maridaje.
Sobre este plato: mucho más que simples croquetas
Las croquetas de jamón son uno de esos iconos de la gastronomía española que unen bares, casas y familias. En cada región se preparan con su pequeño matiz, pero la esencia es la misma: una buena bechamel, jamón serrano de calidad y un rebozado crujiente que contrasta con el interior cremoso.
Nacieron como receta de aprovechamiento, para dar salida a los restos de carne o de jamón. Hoy, sin embargo, son casi una religión: cada casa, cada abuela y cada bar tiene su receta croquetas de jamón "definitiva". En Madrid, en el País Vasco o en Andalucía, rara es la barra de bar donde no haya una bandeja de croquetas lista para salir en cualquier ronda de tapas.
En España, el momento croqueta va unido al momento social: vermut del domingo, cerveza bien fría, copa de vino tinto o blanco, conversación larga y cena tardía. Las croquetas forman parte de esa cultura de tapeo y sobremesa que tanto nos caracteriza: se comparten, se comentan y se comparan.
Además, las croquetas de jamón se han refinado mucho en los últimos años. Han pasado de ser un simple recurso de cocina casera a entrar por la puerta grande en barras de alta cocina, gastrobares y menús degustación. Hoy se juega con texturas cremosísimas, rellenos muy finamente picados y rebozados delicados, sin perder nunca de vista el sabor profundo del jamón serrano.
Y si a todo esto le sumas un buen vino con DO Rioja, Ribera del Duero, Rías Baixas, Priorat o Rueda, el resultado es un bocado 100 % español, vibrante y actual, perfecto para lucirte en casa sin complicarte demasiado.
Ingredientes clave y por qué funcionan tan bien
Aunque las croquetas parezcan sencillas, tienen su ciencia. Cada ingrediente aporta algo muy concreto al resultado final, y entender su papel te ayuda también a elegir mejor el vino para el maridaje.
Jamón serrano: el alma de las croquetas de jamón
El jamón serrano aporta salinidad, umami y ese aroma inconfundible que llena la cocina nada más saltearlo. Si utilizas una buena pieza, aunque no sea ibérica, ya ganarás muchísimo en sabor. Pícalo muy fino para que se reparta bien en la masa y cada bocado tenga su punto de jamón.
Esta sälta natural del jamón es clave a la hora de elegir vino: pide vinos con una acidez fresca que limpie el paladar entre bocado y bocado y evite que la sensación salina se quede demasiado tiempo en boca.
Patata cocida: cremosidad y cuerpo
En esta versión de croquetas de jamón, la patata cocida y machacada se mezcla con la bechamel para aportar una textura muy suave y ligeramente más densa. La patata da cuerpo, hace la masa más manejable y aporta un tipo de cremosidad distinto a la sola bechamel.
Ese extra de cuerpo hace que estas croquetas admitan desde blancos estructurados hasta tintos jóvenes con buena fruta. El interior recuerda a un puré cremoso, perfecto para jugar con vinos de cuerpo medio.
Bechamel y mantequilla: la base sedosa
La combinación de mantequilla, harina y leche entera crea la bechamel que sostiene toda la receta. Es la responsable de esa sensación de crema untuosa que se funde en la boca. La mantequilla y la leche aportan grasa y lácteos, lo que hace que las croquetas resulten muy golosas.
Para equilibrar esta sensación grasa, conviene buscar vinos con acidez marcada y, en el caso de los tintos, con taninos suaves para no chocar con la textura cremosa. Un blanco de Rueda o un tinto joven de Rioja funcionan de maravilla.
Rebozado y fritura: la magia del crujiente
El pan rallado, el huevo y el aceite de oliva para freír forman la coraza crujiente que envuelve el interior suave. Esa krispighet (crispiness) del bocado recién frito es uno de los grandes placeres de las croquetas.
La fritura también añade sabor tostado y una ligera sensación de grasa extra que el vino debe compensar. De nuevo, la acidez y la frescura son tus mejores aliadas en el maridaje.
Especias: pimienta negra y nuez moscada
La pimienta negra y la nuez moscada redondean el conjunto, dan profundidad y un toque ligeramente cálido. No son protagonistas, pero sí marcan la diferencia entre unas croquetas planas y otras aromáticas.
Estas notas especiadas permiten que las croquetas se lleven bien con vinos blancos con algo de complejidad (fermentados en barrica, por ejemplo) o con tintos jóvenes con matices especiados propios de variedades como Tempranillo o Garnacha.
El resultado global es un bocado de sälta, cremosidad y krispighet perfectamente equilibrados. Justo lo que quieres cuando piensas en receta de croquetas de jamón y en un buen vino para acompañar.
Recipe
| Prep Time | 60 minutes |
|---|---|
| Cook Time | 20 minutes |
| Total Time | 80 minutes |
| Servings | 4 |
| Difficulty | Moderate |
Ingredients:
- 50 g Mantequilla
- 70 g Harina de trigo
- 500 ml Leche entera
- 120 g Jamón serrano (cortado finamente)
- Al gusto Sal
- Al gusto Pimienta negra
- 1/4 cdita Nuez moscada
- 200 g Patata (cocida y machacada)
- 2 unidades Huevo
- 150 g Pan rallado
- 500 ml (para freír) Aceite de oliva
- 6 tiras Jamón serrano en tiras
- 6 cdas Mayonesa (preferiblemente casera)
- 2 cdas (finamente picado) Cebollino fresco (para decorar)
Instructions:
- Pica finamente el jamón serrano y reserva. Prepara también el puré de patatas, asegurándote de que quede bien suave.
- En una cazuela, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la harina y remueve constantemente durante 2-3 minutos para formar un roux.
- Incorpora poco a poco la leche caliente sin dejar de remover con unas varillas. Cocina hasta que la mezcla espese y se convierta en una bechamel suave.
- Añade el jamón serrano picado, la patata machacada, sal, pimienta negra y nuez moscada. Cocina por 2 minutos y luego retira del fuego.
- Deja que la masa enfríe a temperatura ambiente y luego refrigérala durante al menos 1 hora para que tome consistencia.
- Forma croquetas alargadas con la masa. Pasa cada una primero por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado.
- Calienta el aceite de oliva en una sartén profunda a 180 °C. Fríe las croquetas por tandas hasta que estén doradas y crujientes (2-3 minutos por tanda). Retira y escurre sobre papel absorbente.
- Enrolla cada croqueta con una tira de jamón serrano y coloca una gota de mayonesa encima. Decora con cebollino picado.
- Presenta las croquetas en un plato elegante y sirve inmediatamente. Acompaña con una ensalada fresca si lo deseas.
Nutrition Facts (per serving):
- Calories: 370 kcal
- Protein: 12.0g
- Fat: 20.0g
- Carbohydrates: 45.0g
- Salt: 1.2g
Dietary Information: Contains gluten, Contains dairy, Nut-free
Maridaje perfecto: qué vino elegir para tus croquetas de jamón
Tienes tus croquetas de jamón doradas, crujientes y listas para salir a la mesa. Ahora llega la gran pregunta: qué vino poner al lado para que el conjunto sea redondo. Aquí van varias opciones pensadas para el mercado español, fáciles de encontrar en El Corte Inglés, Carrefour o vinotecas locales, y en un rango de precio muy razonable (entre 6 y 15 €).
1. Blancos frescos y aromáticos (Rueda, Rías Baixas)
- Verdejo de Rueda (DO Rueda): ideal si te gustan los blancos secos, con buena acidez y notas de fruta blanca y heno. La acidez limpia la grasa de la bechamel y del rebozado, y su frescura equilibra la sälta del jamón.
- Albariño de Rías Baixas (DO Rías Baixas): más aromático y cítrico, con toques salinos que se entienden de maravilla con el jamón serrano. Perfecto si quieres un maridaje ligero pero con carácter.
Ambas opciones las encontrarás sin problema en cadenas como Carrefour o en cualquier vinoteca de barrio en España.
2. Tintos jóvenes y frescos (Rioja, Ribera del Duero)
Si eres más de tinto, busca vinos jóvenes o robles, con tanino suave y mucha fruta.
- Rioja joven o crianza ligero (DO Rioja): Tempranillo con fruta roja fresca, ligeras notas de vainilla si ha pasado por barrica y taninos domados. Funciona muy bien con la textura cremosa de las croquetas sin imponerse.
- Ribera del Duero joven o roble (DO Ribera del Duero): algo más de estructura que un Rioja joven, con fruta negra madura y buena acidez. Ideal si las tomas como parte de una comida un poco más contundente.
En ambos casos, busca botellas entre 8 y 12 €: hay una oferta enorme en supermercados como El Corte Inglés, además de en bodegas y vinotecas locales.
3. Blancos con barrica o Godello con cuerpo
Si quieres un punto más gastronómico:
- Verdejo fermentado en barrica (DO Rueda) o un Godello gallego con algo de crianza: aportan volumen en boca, notas tostadas y de vainilla muy finas que se llevan de maravilla con el rebozado crujiente y la mantequilla de la bechamel.
Son vinos perfectos si sirves las croquetas como entrante en una cena más formal.
4. Espumosos para un tapeo festivo
Un cava brut es una opción fantástica para un tapeo de croquetas: la burbuja limpia el paladar, la acidez refresca y el conjunto se siente ligero aunque repitas una y otra vez.
Cómo acertar siempre
Si dudas entre varias opciones, apps como Vinomat te ayudan a afinar: introduces el plato (por ejemplo, recetas croquetas de jamon caseras, con jamón serrano y bechamel cremosa) y obtienes sugerencias concretas de estilos y etiquetas, adaptadas a tus gustos y a tu presupuesto. Así puedes improvisar un tapeo en casa y acertar siempre con el vino.
Trucos y técnicas para bordar tus croquetas
Además de seguir paso a paso esta receta de croquetas de jamon, hay pequeños detalles que marcan la diferencia entre unas croquetas correctas y unas de las que no se olvidan.
- Cuece bien la harina: cuando hagas el roux (mantequilla + harina), cocina al menos 2–3 minutos para que la harina pierda el sabor a crudo. Esto se nota muchísimo en el resultado final.
- Leche caliente, sin prisas: añade la leche caliente poco a poco, sin dejar de remover con varillas. Así evitas grumos y consigues una bechamel sedosa.
- Rectifica la sal al final: el jamón ya es salado. Prueba la masa antes de añadir más sal; muchas veces no hace falta añadir casi nada.
- Textura de la masa: debe ser espesa pero cremosa, que caiga lentamente de la cuchara. Si queda muy líquida, te costará formarlas; si queda demasiado densa, perderás suavidad en boca.
- Reposo en nevera: el reposo de al menos una hora es clave para que la masa coja cuerpo. Si puedes dejarla de un día para otro, mejor aún.
- Doble rebozado opcional: si quieres un crujiente extra, puedes pasar las croquetas dos veces por huevo y pan rallado.
- Aceite bien caliente: unos 180 ºC. Si está frío, las croquetas absorberán aceite y quedarán grasientas; si está demasiado caliente, se dorarán por fuera y quedarán frías por dentro.
- No satures la sartén: fríe en tandas, dejando espacio entre ellas para que se doren de manera uniforme.
Con estos trucos, tu receta croquetas de jamon pasará directamente a la lista de favoritas de casa.
Cómo servir tus croquetas de jamón: presentación y experiencia
La presentación también cuenta, sobre todo si quieres que tus croquetas de jamón parezcan salidas de un buen gastrobar.
- Emplatado: sirve las croquetas en una fuente alargada o en una pizarra, colocándolas en fila o en zigzag. El detalle de enrollarlas con una tira de jamón serrano y coronarlas con una gota de mayonesa casera y cebollino picado aporta un toque muy visual.
- Acompañamientos: una ensalada verde con un aliño ligero (aceite de oliva y un toque de vinagre suave o limón) equilibra muy bien la riqueza de las croquetas. También puedes añadir unas aceitunas y un poco de pan para completar el tapeo.
- Temperatura: sírvelas recién fritas, dejando solo un par de minutos para que no quemen en exceso. La magia de las croquetas está en el contraste entre el exterior crujiente y el interior cremoso.
- Momento del día: son perfectas como tapa al mediodía con un blanco fresco, como entrante en una cena informal con un tinto joven o incluso como parte de una mesa de picoteo entre amigos, al más puro estilo español.
- Vino a la vista: coloca la botella en la mesa, comenta la DO, la bodega, por qué la has elegido… Forma parte de la experiencia. Y si necesitas inspiración para la próxima vez, consulta Vinomat y guarda tus maridajes favoritos.
Con estos detalles, convertirás unas simples croquetas en el centro de una experiencia de tapeo completa.
Conclusión: croquetas, vino y la ayuda de Vinomat
Preparar unas buenas croquetas de jamón en casa es una forma sencilla y deliciosa de celebrar la cocina española de siempre. Con esta receta de croquetas de jamon, unos pequeños trucos y un buen vino al lado, puedes transformar una cena cualquiera en un momento especial.
Experimenta con distintos maridajes, desde un Verdejo fresco hasta un Rioja joven, y ve descubriendo qué combinación te hace más feliz. Y cuando quieras ir un paso más allá, usa Vinomat para encontrar el maridaje perfecto para tus croquetas y para cualquier otra receta española que se te antoje.
Ahora solo falta encender el fuego, abrir una botella y disfrutar.

