
Pissaladière: Receta auténtica y maridaje vino perfecto con vinos españoles
Introducción
¿Te imaginas una tarde de verano en la Provenza? El aroma de cebolla caramelizada llena el aire, las anchoas se funden en el paladar y las aceitunas negras aportan ese toque mediterráneo que enamora. Así es la pissaladière, una especie de “pizza” francesa que conquista por su sabor salado y umami, y que aquí, en España, se puede convertir en el protagonista de una cena entre amigos, de una comida familiar o de una tabla de tapas con mucho carácter.
Si te gusta experimentar en la cocina y buscas una receta diferente, la pissaladière es tu plato. Y si además quieres subir de nivel tu experiencia gastronómica, no te pierdas nuestras sugerencias de maridaje vino con vinos españoles: desde un Rioja joven hasta un blanco de Rías Baixas, hay opciones para todos los gustos y bolsillos. Porque en España, el vino es parte de la fiesta, y en Vinomat sabemos que la combinación perfecta entre plato y copa puede marcar la diferencia.
Sobre este plato
La pissaladière es uno de esos platos que viajan de la tradición a la modernidad sin perder su esencia. Originaria de Niza y la Provenza, esta tarta salada nació como una forma de aprovechar los ingredientes locales: cebollas, anchoas y aceitunas, todos ellos con un marcado carácter mediterráneo. Aunque a menudo se compara con la pizza, su masa es más parecida a la del pan, fina y crujiente, y su cobertura es mucho más sencilla pero intensa en sabor.
En España, donde la cultura de las tapas y el picoteo es casi una religión, la pissaladière encaja a la perfección. Es ideal para compartir, para servir como entrante o incluso como plato principal ligero. Además, su perfil salado y umami invita a explorar maridajes vino interesantes, especialmente con vinos españoles que equilibran su intensidad y realzan sus matices.
Ingredientes clave y su papel
La magia de la pissaladière reside en la sencillez y la calidad de sus ingredientes. Cada uno aporta un matiz distinto, creando un conjunto armonioso y seductor.
Cebolla amarilla: Es la base del plato. Su lenta cocción a fuego bajo permite que se caramelice, aportando dulzor natural y una textura melosa que contrasta con la masa crujiente. En España, donde la cebolla es protagonista de muchas recetas tradicionales, este paso es fundamental para lograr el sabor auténtico.
Anchoas en aceite: Las anchoas son el toque de mar, ese punto salado y umami que equilibra la dulzura de la cebolla. En España, las anchoas del Cantábrico son famosas por su calidad, pero para esta receta, las conservas premium de El Corte Inglés o Carrefour son una opción excelente y accesible.
Aceitunas negras kalamata: Sin hueso y con un sabor intenso, aportan un toque amargo y frutado, además de un contraste visual muy atractivo. Si quieres darle un toque aún más español, puedes probar con aceitunas de Aragón o de Sevilla, aunque la variedad kalamata es la más clásica en la receta original.
Aceite de oliva virgen extra: No puede faltar en ninguna cocina mediterránea que se precie. Aquí, además de usarse para cocinar la cebolla, se añade un chorrito final antes de hornear para dar brillo y sabor. Si puedes, elige un AOVE de una denominación de origen española, como Priego de Córdoba o Baena.
Tomillo fresco: Esta hierba aromática es la guinda final, aportando frescura y un toque provenzal que recuerda a los campos del sur de Francia. En España, el tomillo seco también es muy habitual y funciona igual de bien.
Sal y pimienta: Para ajustar el punto justo de sabor, especialmente importante en un plato donde el equilibrio entre dulce, salado y umami es clave.
¿Por qué estos ingredientes funcionan juntos?
La cebolla caramelizada aporta dulzor y cuerpo, las anchoas y las aceitunas suman salinidad y profundidad, y el tomillo y el aceite de oliva dan frescura y untuosidad. Juntos, crean un plato redondo, ideal para maridar con vinos que tengan suficiente estructura y acidez para cortar la grasa y realzar los sabores. Por eso, en España, donde el maridaje vino es casi un arte, la pissaladière es una excusa perfecta para explorar nuevas combinaciones.
Receta
| Tiempo de preparación | 50 minutos |
|---|---|
| Tiempo de cocción | 15 minutos |
| Tiempo total | 65 minutos |
| Raciones | 4 |
| Dificultad | Media |
Ingredientes
- 400 g de masa para pan (pâte à pain)
- 800 g de cebollas amarillas
- 12 filetes de anchoas en aceite
- 12 aceitunas negras (variedad kalamata, sin hueso)
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharadita de tomillo fresco
- Sal fina al gusto
- Pimienta negra recién molida al gusto
Instrucciones
- Pela y corta las cebollas en rodajas finas.
- En una sartén grande a fuego medio, calienta 3 cucharadas de aceite de oliva. Agrega las cebollas y cocina lentamente durante 30 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernas y caramelizadas. Añade el tomillo, sal y pimienta al gusto.
- Precalienta el horno a 200 °C (calor arriba y abajo).
- Extiende la masa con un rodillo en forma circular o rectangular, según tu preferencia, hasta que tenga 0,5 cm de grosor. Coloca la masa en una bandeja de horno ligeramente engrasada.
- Distribuye la cebolla caramelizada de manera uniforme sobre la masa, dejando un pequeño borde sin cubrir.
- Coloca los filetes de anchoa en un diseño de rejilla o forma decorativa sobre las cebollas. Añade las aceitunas negras entre los espacios abiertos.
- Rocía con la cucharada restante de aceite de oliva y hornea la pissaladière en la rejilla central del horno durante 15-20 minutos, o hasta que los bordes estén dorados y crujientes.
- Retira la pissaladière del horno, deja enfriar ligeramente y decora con unas hojas adicionales de tomillo fresco si lo deseas.
- Corta en porciones iguales y sirve caliente o a temperatura ambiente.
Información nutricional (por ración)
- Calorías: 350 kcal
- Proteínas: 8,0 g
- Grasas: 18,0 g
- Hidratos de carbono: 35,0 g
- Sal: 2,5 g
Información dietética
Contiene gluten. Sin lácteos. Sin frutos secos.
Maridaje perfecto con vinos españoles
La pissaladière, con su perfil salado, umami y ligeramente dulce, pide a gritos un maridaje vino que equilibre y resalte sus matices. En España, tenemos la suerte de contar con una oferta impresionante de vinos, desde los clásicos tintos de Rioja hasta los frescos blancos de Rías Baixas, pasando por los potentes de Ribera del Duero o los minerales de Priorat. Aquí te damos algunas ideas para que acertar con el vino para pissaladière sea pan comido.
¿Qué buscar en un vino para maridar con pissaladière?
- Acidez: Fundamental para cortar la grasa y el sabor intenso de las anchoas y aceitunas.
- Estructura: Un vino con cuerpo medio es ideal, ya que no debe apagar los sabores del plato ni quedarse corto.
- Aromas frutales y especiados: Combinan a la perfección con la cebolla caramelizada y las hierbas.
- Mineralidad: Un plus que realza el carácter mediterráneo del plato.
Recomendaciones de vinos españoles
Rioja Crianza Un clásico que nunca falla. Los vinos de Rioja, especialmente los crianza, tienen la acidez y los taninos justos para equilibrar la salinidad de la pissaladière. Busca botellas de bodegas como Marqués de Cáceres o CVNE, disponibles en El Corte Inglés y vinotecas locales por unos 10-15 €.
Ribera del Duero Joven Si prefieres algo más potente pero igualmente versátil, un Ribera del Duero joven, con sus notas de frutas rojas y un toque especiado, es una combinación perfecta. Marcas como Protos o Emilio Moro son fáciles de encontrar en Carrefour y suelen estar en el rango de 8-12 €.
Albariño de Rías Baixas Para los amantes del blanco, un Albariño fresco, con aromas cítricos y minerales, es una opción sorprendente y muy refrescante. Prueba con Paco & Lola o Martín Códax, que puedes encontrar en cualquier supermercado grande o vinoteca especializada por 9-14 €.
Garnacha de Priorat Si te apetece un vino con carácter, un Priorat joven de garnacha ofrece fruta madura, mineralidad y un final largo que casa de maravilla con la intensidad de la pissaladière. Aunque suelen ser un pelín más caros (12-18 €), valen la pena para una ocasión especial.
Consejos para el maridaje vino en casa
- Sirve el vino fresco, pero no demasiado frío, especialmente los tintos. Así potenciarás sus aromas y acidez.
- Prueba antes de decidir: No hay reglas fijas. Si te gusta el contraste, atrévete con un cava brut o incluso un vino rosado fresco.
- Usa Vinomat para descubrir nuevas combinaciones. Esta app te sugiere el vino para pissaladière según tus gustos y lo que tengas en la nevera.
Consejos y técnicas de cocina
Preparar una pissaladière perfecta es más fácil de lo que parece, pero unos pequeños trucos pueden marcar la diferencia entre un plato correcto y uno memorable.
Carameliza bien las cebollas La paciencia es clave. Cocina las cebollas a fuego lento, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernas y con un color dorado intenso. Así conseguirás ese dulzor natural que equilibra el plato.
Elige una masa fina y crujiente Si no tienes tiempo de hacer masa casera, puedes comprar masa para pan o pizza en cualquier supermercado. Lo importante es extenderla bien fina para que quede crujiente al hornear.
No te pases con la sal Las anchoas y las aceitunas ya aportan mucha salinidad, así que prueba la cebolla antes de añadir más sal.
Presenta con estilo Coloca las anchoas y las aceitunas de forma decorativa, creando un diseño de rejilla. Así, cada porción tendrá un poco de todo.
Hornea hasta que esté dorada Vigila el horno para que los bordes queden crujientes pero la base no se queme. Si tienes horno con función turbo, úsala los últimos minutos para darle un toque extra de crujiente.
Sirve a temperatura ambiente Aunque está deliciosa recién hecha, la pissaladière gana en sabor si la dejas reposar unos minutos antes de cortar. Además, así es más fácil de manipular.
Cómo servir y disfrutar la pissaladière
En España, donde las comidas son un acto social, la pissaladière es perfecta para compartir. Puedes servirla como entrante en una cena con amigos, como parte de una tabla de tapas variadas o incluso como plato único ligero, acompañada de una ensalada verde.
Corta en porciones generosas y colócalas en una tabla de madera o en un plato grande para que todo el mundo pueda coger su trozo. Acompaña con unas aceitunas verdes, unos encurtidos o incluso unas anchoas extra para los más atrevidos.
Si quieres darle un toque español, añade unas tiras de pimiento del piquillo asado o unas alcaparras, como sugieren algunas versiones modernas. Y, por supuesto, no olvides el vino: una copa de Rioja, un Albariño fresco o un Ribera del Duero joven serán el complemento ideal.
El maridaje vino es parte de la experiencia. Anima a tus invitados a probar diferentes vinos y descubrir cuál es su combinación perfecta. Verás cómo la conversación fluye y el ambiente se anima.
Conclusión
La pissaladière es mucho más que una pizza francesa: es un viaje por el Mediterráneo, un plato sencillo pero lleno de matices, perfecto para compartir y disfrutar en buena compañía. En España, donde el vino y la comida son sinónimo de celebración, este plato cobra aún más sentido.
No dudes en probar la receta en casa, experimentar con los ingredientes y, sobre todo, explorar el maridaje vino con los grandes vinos españoles. Desde un Rioja crianza hasta un Albariño fresco, las posibilidades son infinitas. Y si quieres acertar siempre, recuerda que Vinomat está ahí para ayudarte a encontrar la combinación perfecta entre plato y copa.
Así que, ¿a qué esperas? Enciende el horno, saca tu botella favorita y déjate seducir por la pissaladière y el mejor vino para pissaladière. ¡Buen provecho y salud!

