
Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci y maridaje vino
Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci: elegancia italiana, vino español
Hay platos que piden copa de vino desde el primer vistazo, y estos Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci son uno de ellos. Imagina pasta fresca rellena de ricotta cremosa y espinacas, envuelta en una salsa de mantequilla avellanada con salvia crujiente y el toque crujiente y aromático de las nueces. Un bocado delicado, mantecoso, profundamente aromático… y perfecto para un maridaje vino a la altura.
En España, donde el vino forma parte de la vida diaria tanto como una buena tortilla o unas croquetas, este plato italiano encuentra un aliado natural en nuestros vinos españoles. Desde un blanco de Rías Baixas hasta un tinto joven de Rioja, hay más de un vino para Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci que puede convertir una cena casera en una experiencia de restaurante.
En este artículo vas a encontrar la receta completa paso a paso, trucos de cocinero, ideas para servirlo en una cena de amigos y, sobre todo, la combinación perfecta con vinos de diferentes DO españolas que podrás encontrar fácilmente en El Corte Inglés, Carrefour o en tus vinotecas locales.
Sobre este plato
Los Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci son una evolución sabrosa de un gran clásico del norte de Italia: los ravioli rellenos de ricotta y espinacas con mantequilla y salvia. Se trata de un primer plato típicamente dominical, de esos que se preparan con calma, amasan la casa de aromas a mantequilla dorada y convierten la mesa en el centro de la vida familiar.
La idea es sencilla y brillante: un relleno suave, ligeramente lácteo y vegetal, encerrado en una pasta fresca fina; por encima, uno de los condimentos más clásicos de la cocina italiana, burro e salvia (mantequilla y salvia), que realza el conjunto sin tapar el sabor de la pasta ni del relleno. Al añadir nueces tostadas, el plato gana matices: notas de fruto seco, un punto amargo muy elegante y una textura crujiente que contrasta con la cremosidad de la ricotta.
Para un paladar español, acostumbrado a platos donde la sencillez esconde mucha técnica –piensa en unas buenas alubias, un arroz de pescado bien hecho o unas verduras a la brasa– este plato encaja como un guante. Es pura cocina de producto: buena ricotta, espinacas frescas, mantequilla de calidad, salvia fragante y nueces con sabor.
Además, es un plato agradecido para el maridaje vino: la salsa es untuosa y aromática, el relleno es delicado y la pasta tiene estructura, lo que permite jugar tanto con blancos con buena acidez como con tintos suaves y frescos. Ideal para una cena de sábado tardía al estilo español, disfrutando sin prisas.
Ingredientes clave y su papel en el plato
Ricotta
La ricotta es el corazón del relleno. Aporta cremosidad, notas lácteas suaves y una textura delicada que hace que cada bocado sea sedoso. Necesitas una ricotta bien escurrida: si tiene demasiada humedad, el relleno quedará aguado y estropeará la consistencia de los ravioli.
Desde el punto de vista del maridaje vino, la ricotta pide vinos con buena acidez que limpien el paladar de la sensación grasa y láctea. Aquí funcionan muy bien blancos vibrantes (Albariño, Verdejo) o tintos ligeros con fruta roja fresca.
Espinacas
Las espinacas equilibran la dulzor láctea de la ricotta con su toque vegetal y ligeramente ferroso. Deben saltearse y escurrirse muy bien para que no suelten agua dentro de los ravioli. Picadas finas y mezcladas con la ricotta, aportan color y profundidad de sabor.
En el maridaje, este matiz vegetal conecta de maravilla con blancos aromáticos (Albariño, Godello) y con tintos de corte fresco donde aparezcan notas herbáceas suaves o de monte bajo.
Mantequilla
La mantequilla es la base del condimento. Cocinada a fuego suave, se vuelve ligeramente avellanada, con un aroma que recuerda a frutos secos. Es la responsable de la sensación mantecosa del plato y uno de los motivos por los que estos ravioli combinan tan bien con vinos con buena acidez: el vino actúa como “cuchillo” que corta la grasa y deja el paladar listo para el siguiente bocado.
Salvia
La salvia aporta el toque aromático definitivo. Es intensa, balsámica, con notas casi mentoladas cuando se fríe brevemente en la mantequilla caliente. Unas pocas hojas bien utilizadas bastan para perfumar todo el plato.
A nivel de vino, la salvia invita a buscar vinos con un perfil aromático limpio y definido: blancos con notas de hierbas frescas, cítricos y flores, o tintos donde aparezcan toques de especias y hierbas mediterráneas, sin excesos de madera.
Nueces
Las nueces tostadas elevan el plato: añaden textura crujiente, notas de fruto seco y un punto ligeramente amargo muy elegante. Ese toque a frutos secos liga de maravilla con vinos que tengan cierta complejidad: blancos con crianza sobre lías, espumosos, e incluso tintos jóvenes con buena fruta y algo de estructura.
En conjunto, ricotta, espinacas, mantequilla, salvia y nueces crean un perfil burroso y aromático, con un equilibrio perfecto entre suavidad, vegetalidad y notas tostadas. Justo el tipo de plato donde hablar de combinación perfecta con vino no es exagerar.
Receta: Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci
Información básica
- Raciones: 4 personas
- Tiempo de preparación: 60 minutos
- Tiempo de cocción: 15 minutos
- Tiempo total: 1 h 15 min
- Dificultad: Media (ideal para quien ya tiene un poco de soltura en cocina)
Ingredientes
Para la pasta fresca
- 300 g de harina de trigo (tipo 00 si encuentras, o harina de uso común)
- 100 g de sémola de trigo duro (opcional pero recomendable para más firmeza)
- 4 huevos tamaño L
- 1 pizca de sal
Para el relleno
- 250 g de ricotta bien escurrida
- 180–200 g de espinacas frescas limpias
- 50 g de queso parmesano o Grana Padano rallado
- 1 yema de huevo
- 1–2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra recién molida
- 1 pizca de nuez moscada
Para la salsa de mantequilla, salvia y nueces
- 80–100 g de mantequilla
- 8–10 hojas de salvia fresca
- 40–50 g de nueces peladas
- 1 cucharón del agua de cocción de la pasta
- Sal
Elaboración paso a paso
1. Preparar la masa de pasta fresca
- Tamiza la harina y la sémola sobre la encimera y forma un volcán amplio.
- Añade los huevos en el centro y una pizca de sal.
- Bate ligeramente los huevos con un tenedor, incorporando la harina poco a poco desde los bordes.
- Cuando la masa empiece a tomar cuerpo, amasa a mano durante unos 8–10 minutos hasta obtener una masa lisa, homogénea y elástica.
- Forma una bola, envuélvela en film y deja reposar en la nevera durante al menos 30 minutos.
2. Preparar el relleno de ricotta y espinacas
- Calienta 1–2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén amplia.
- Añade las espinacas limpias (puedes trocearlas ligeramente) y saltéalas a fuego medio con la tapa puesta durante unos 5–10 minutos, removiendo de vez en cuando hasta que se ablanden y pierdan su volumen.
- Sazona con una pizca de sal, escurre muy bien las espinacas (mejor aún, exprímelas con las manos una vez templadas para eliminar el exceso de agua) y pícalas finamente.
- En un bol, mezcla la ricotta escurrida, el parmesano rallado, la yema, las espinacas picadas, pimienta, sal y la pizca de nuez moscada.
- Remueve hasta obtener una crema espesa y homogénea. Si quieres, pásala a una manga pastelera para facilitar el relleno de los ravioli.
3. Estirar la masa y formar los ravioli
- Divide la masa en 2 porciones. Mantén una envuelta mientras trabajas la otra.
- Aplana una porción con el rodillo o pásala por la máquina de pasta, empezando por el grosor más ancho y reduciéndolo progresivamente hasta obtener una lámina fina de 1–2 mm de grosor.
- Coloca la lámina sobre la encimera ligeramente enharinada. Si lo prefieres, trabaja con dos láminas del mismo tamaño: una será la base y la otra la “tapa”.
- Distribuye montoncitos de relleno sobre una de las láminas, dejando unos 3 cm entre ellos y un borde exterior libre.
- Humedece ligeramente alrededor de cada montoncito con un poco de agua.
- Cubre con la segunda lámina (o pliega la misma lámina sobre sí misma), presionando bien alrededor del relleno para sellar y expulsar el aire.
- Corta los ravioli con una rueda dentada o un corta pastas cuadrado, de unos 4–5 cm de lado.
- Colócalos sobre un paño espolvoreado con sémola para que no se peguen.
4. Cocer los ravioli
- Pon a hervir una olla grande con abundante agua y sal.
- Echa los ravioli en tandas para que no se amontonen y cuécelos durante 2–4 minutos, dependiendo del grosor de la pasta, hasta que suban a la superficie y estén tiernos.
- Reserva un cucharón del agua de cocción antes de escurrirlos.
5. Preparar la salsa de mantequilla, salvia y nueces
- Mientras se cuece la pasta, derrite la mantequilla en una sartén amplia a fuego medio.
- Añade las hojas de salvia y deja que se frían suavemente hasta que desprendan su aroma y la mantequilla empiece a tomar un ligero color avellana.
- Agrega las nueces troceadas y tuesta un minuto más, sin que se quemen.
- Incorpora un cucharón del agua de cocción de la pasta y emulsiona moviendo la sartén: debe formarse una salsa sedosa.
6. Finalizar el plato
- Escurre los ravioli con una espumadera y pásalos directamente a la sartén con la salsa.
- Saltea la pasta suavemente, moviendo la sartén con cuidado para no romper los ravioli.
- Prueba y rectifica de sal si fuera necesario.
- Sirve inmediatamente con un poco más de nuez troceada por encima y, si te apetece, un extra de parmesano rallado.
Información nutricional aproximada (por ración)
- Calorías: 650–700 kcal
- Proteínas: 25–28 g
- Hidratos de carbono: 65–70 g
- Grasas totales: 30–35 g (predominan grasas lácteas y del fruto seco)
- Apto para: ovo-lacto-vegetarianos (contiene huevo y lácteos)
Maridaje vino: los mejores vinos españoles para estos ravioli
La gran pregunta: ¿qué vino para Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci? Este plato es delicado pero con carácter: grasa de la mantequilla, cremosidad de la ricotta, toques vegetales de la espinaca y notas de fruto seco y hierbas de la salvia y las nueces.
Buscamos vinos con:
- Buena acidez para limpiar la sensación grasa.
- Cuerpo medio, que acompañe la textura de la pasta sin aplastarla.
- Aromas frescos y algo herbáceos o cítricos, que conversen con la salvia y las espinacas.
- Tanino bajo o domado, si optamos por tinto, para no chocar con la mantequilla.
A partir de ahí, hay varias vinos españoles que se convierten en combinación perfecta:
1. Albariño de Rías Baixas (DO Rías Baixas)
Un Albariño es probablemente el maridaje más directo: acidez viva, aromas cítricos, de fruta de hueso y sutiles notas salinas que refrescan cada bocado. Su perfil aromático acompaña muy bien a la salvia y realza la ricotta sin taparla.
- Ideal si te gustan los blancos frescos y afilados.
- Precio orientativo: 9–15 € en El Corte Inglés, Carrefour o vinotecas locales.
2. Verdejo de Rueda (DO Rueda)
El Verdejo ofrece una acidez muy agradable, notas de fruta blanca, hinojo y un puntito amargo final que encaja de maravilla con las nueces. Es un vino perfecto si buscas algo versátil, fácil de encontrar y con excelente relación calidad-precio.
- Ideal para una cena entre amigos donde no todos son “frikis del vino”.
- Precio orientativo: 6–12 €, muy disponible en supermercados y grandes superficies.
3. Blanco con crianza sobre lías (Rías Baixas, Rueda o Ribeiro)
Si quieres subir un peldaño en complejidad, busca un blanco con crianza sobre lías. Estas crianzas aportan más volumen en boca, notas de pan tostado, frutos secos y cremosidad, encajando a la perfección con la textura mantecosa de la salsa y el toque de nuez.
- Ideal si el menú es más formal o quieres un punto más gastronómico.
- Precio orientativo: 12–18 € en vinotecas locales.
4. Tinto joven o crianza ligero de Rioja o Ribera del Duero
Aunque mucha gente pensará en blanco de primeras, puedes jugar con el tinto siempre que tenga frescura y tanino amable. Un Rioja joven o un crianza de corte más frutal, o un Ribera del Duero poco maderizado, con fruta roja y negra fresca y acidez equilibrada, puede funcionar muy bien.
- Evita los tintos muy potentes, con exceso de madera o tanino secante.
- Ideal si en la mesa hay amantes del tinto “sí o sí”.
- Precio orientativo: 8–15 € en Carrefour, El Corte Inglés o bodegas de la zona.
5. Espumoso brut nature o brut reserva (Cava o Corpinnat)
Un espumoso seco, con buena acidez y burbuja fina, limpia el paladar de la mantequilla y armoniza con la nuez y el parmesano. Es una opción fantástica para un toque festivo o como vino único para todo el menú.
Para elegir con confianza y encontrar tu combinación perfecta, puedes usar Vinomat: seleccionas la receta de Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci, indicas el estilo de vino que te apetece y la app te sugerirá el maridaje vino más afinado, con referencias fáciles de localizar en España.
Trucos y técnicas de cocina para que salgan perfectos
- Masa elástica, no pegajosa: si la masa está demasiado húmeda, añade un poco más de harina durante el amasado; si está seca, humedece tus manos y sigue amasando. Debe quedar lisa, suave y nada pegajosa.
- Reposo obligatorio: el reposo de la masa relaja el gluten y facilita estirarla fina sin que se encoja.
- Relleno bien escurrido: espinacas y ricotta deben estar con la menor cantidad de agua posible. Esto evita que el relleno se escape al cocer los ravioli y mantiene la textura cremosa, no aguada.
- Nada de aire dentro: al cerrar los ravioli, presiona alrededor del relleno para expulsar el aire. Si queda, pueden abrirse durante la cocción.
- Tamaño uniforme: procura que los ravioli tengan un tamaño similar para que la cocción sea homogénea.
- Cocción suave: el agua debe hervir, pero no como un géiser. Un hervor moderado evita que los ravioli se rompan.
- No te pases de cocción: prueba uno y controla el punto; en general 2–4 minutos son suficientes, dependiendo del grosor.
- Mantequilla sin quemar: busca un color ligeramente avellana y un aroma a frutos secos, pero retira del fuego antes de que se oscurezca. Si se quema, amarga el plato.
- Tostar las nueces: unos minutos en una sartén sin aceite a fuego medio bastan para potenciar su sabor. Muévelas a menudo.
Con estos detalles, tus ravioli pasarán del “qué ricos” al “¿de verdad esto lo has hecho tú en casa?”.
Sugerencias de servicio y puesta en escena
Este plato pide calma y una mesa bonita. Algunas ideas:
- Ración generosa pero elegante: sirve unos 6–8 ravioli por persona como plato principal. Colócalos en un plato hondo, ligeramente solapados.
- Salseado justo: nada de inundar el plato. Una fina capa de mantequilla emulsionada, con las hojas de salvia y las nueces bien visibles, es suficiente.
- Toque final: añade un poco de parmesano rallado muy fino justo antes de servir y, si quieres, una hoja de salvia frita entera encima a modo de “corona”.
- Acompañamientos: una ensalada verde muy sencilla (rúcula, mezclum, un poco de tomate cherry) con aliño ligero es perfecta para equilibrar la grasa. De pan, mejor una hogaza artesana con buena corteza.
- Ambiente: es un plato que encaja muy bien en una cena de viernes o sábado, tardía, con velas y una buena conversación. Sirve el vino ligeramente más fresco de lo habitual (blancos sobre 8–10 ºC, tintos ligeros a 14–16 ºC) para potenciar la frescura frente a la mantequilla.
Si quieres lucirte, puedes plantearlo como plato principal de un menú italo-español: unas croquetas o unas gildas para picar, estos ravioli como estrella y un postre sencillo tipo pannacotta o una tabla de quesos nacionales.
Conclusión: tu próxima combinación perfecta con Vinomat
Estos Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci son la excusa ideal para disfrutar de un gran plato de pasta casera y explorar el maridaje vino con los mejores vinos españoles. Con una copa de Albariño, Verdejo o un tinto ligero de Rioja o Ribera del Duero, tienes el vino para Ravioli di Ricotta e Spinaci al Burro e Salvia con Noci que transforma una cena casera en algo especial.
Anímate a preparar esta receta, jugar con las propuestas de maridaje y, si quieres ir un paso más allá, utiliza Vinomat para descubrir nuevas opciones y ajustar la combinación perfecta a tu gusto y a las botellas que encuentres en El Corte Inglés, Carrefour o tus vinotecas locales. Tu mesa se convertirá en el mejor restaurante de la ciudad.

