
Salade de tomates-mozzarella: receta ligera y maridaje vino
Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence y su maridaje vino
Hay platos que lo tienen todo: sencillez, frescura, elegancia y un maridaje vino casi infinito. La Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence es uno de esos bocados que parecen pensados para una cena de verano en una terraza española, con una copa de vino bien fría en la mano.
Imagina el contraste: tomates maduros y jugosos, mozzarella cremosa que casi se funde en la boca, aroma intenso de hojas de albahaca recién cortadas y ese toque profundo de un buen aceite de oliva de estilo provenzal, lleno de notas herbáceas. Es la típica receta que puedes preparar en diez minutos y que, sin embargo, luce en la mesa como si te hubieras pasado la tarde en la cocina.
Además, es un auténtico lienzo en blanco para el vino. Encontrar el mejor vino para Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence es un juego delicioso: blancos frescos de Rueda, albariños de Rías Baixas, tintos ligeros de Rioja… La combinación perfecta está mucho más cerca de lo que piensas, y herramientas como Vinomat te ayudan a afinar el tiro según el vino español que tengas a mano.
Sobre este plato: un clásico mediterráneo con alma francesa
Aunque en España nos recuerda enseguida a la ensalada caprese italiana, esta Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence tiene un guiño claro al sur de Francia: el protagonismo del aceite de oliva de la Provenza, muy aromático y con ese punto de hierbas mediterráneas.
Es un plato puramente mediterráneo: pocos ingredientes, pero de máxima calidad, y una filosofía que encaja de maravilla con la manera española de sentarse a la mesa. Es fácil imaginarla como una especie de tapa fresca para compartir en el centro, acompañada de pan crujiente, aceitunas, una tabla de quesos y una botella de vino bien elegido.
En Francia, este tipo de ensalada es habitual en bistrós y casas de la Provenza cuando el tomate está en temporada: se prepara al momento, casi sin cocinar, para no estropear el producto. En España tenemos una sensibilidad muy parecida con el tomate de huerta, el aceite de oliva virgen extra y la cultura del aperitivo, así que encaja como anillo al dedo en cualquier mesa española.
Lo que la hace especial es su equilibrio:
- La acidez y dulzor del tomate.
- La cremosidad y suave lácticidad de la mozzarella.
- La frescura verde y anisada del basilic (albahaca).
- La profundidad y notas herbáceas del aceite de oliva de inspiración provenzal.
Ese juego de sabores la convierte en una candidata ideal para explorar el maridaje vino: vinos con buena acidez para limpiar el paladar, notas herbáceas que dialoguen con el basilic, y una estructura suficiente para aguantar la grasa del aceite y la cremosidad del queso, sin arrasar la delicadeza del conjunto.
Ingredientes clave y su papel en el maridaje vino
Tomates: dulzor, acidez y jugosidad
Los tomates maduros son el corazón del plato. Aportan:
- Acidez fresca, que despierta la boca.
- Dulzor natural, sobre todo si usas variedades carnosas y de temporada.
- Un punto de umami ligero, que hace que los sabores se alarguen.
Desde el punto de vista del vino, la acidez del tomate pide vinos igualmente frescos. Un vino con poca acidez puede parecer plano frente a la ensalada. Aquí brillan blancos jóvenes y tintos ligeros con buena frescura.
Mozzarella: cremosidad y suavidad
La mozzarella fresca aporta:
- Textura sedosa y elástica.
- Sabor lácteo suave.
- Una sensación grasa delicada que redondea la ensalada.
La mozzarella suaviza la acidez del tomate y pide vinos con:
- Suficiente acidez para cortar la grasa.
- Cuerpo medio para acompañar la cremosidad sin taparla.
Por eso, un blanco de Rueda con buena acidez o un tinto joven y ligero de Rioja o Ribera del Duero pueden funcionar si están poco marcados por la madera.
Basilic (albahaca): frescor verde y aroma
El basilic es el perfume del plato:
- Notas verdes, anisadas y ligeramente mentoladas.
- Sensación de frescor persistente en nariz y boca.
En términos de maridaje vino, la albahaca se lleva de maravilla con vinos que tengan:
- Matices herbáceos o cítricos.
- Aromas a flores blancas, hinojo, hierba recién cortada.
Albariños de Rías Baixas, verdejos de Rueda o algunos blancos mediterráneos cumplen esta función a la perfección.
Huile d’olive de Provence: carácter y profundidad
El aceite de oliva de estilo provenzal suele mostrar:
- Intensidad media-alta.
- Notas de hierbas secas, almendra, hojas de olivo y a veces flor.
- Un toque ligeramente picante en el final.
Aquí entra en juego la estructura del vino: hace falta un vino con cierto cuerpo para aguantar esta capa grasa y aromática, pero que no sea demasiado alcohólico ni tánico. En blancos, mejor con buena acidez y cuerpo medio. En tintos, que sean suaves, con tanino muy pulido y preferentemente jóvenes.
Receta: Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence
Datos básicos
- Raciones: 2 como plato principal ligero, 3–4 como entrante o para compartir
- Tiempo de preparación: 10–15 minutos
- Tiempo de reposo (opcional): 10 minutos
- Tiempo total: 10–25 minutos
- Dificultad: Muy fácil
- Estilo: Mediterráneo, fresco, sin cocción
Ingredientes
Para 2 personas (plato principal ligero):
- 3 tomates medianos bien maduros (tipo rama, pera, corazón de buey o tomate rosa)
- 200 g de mozzarella fresca (1–2 bolas, de vaca o de búfala)
- 12–15 hojas de basilic (albahaca) fresca
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra de estilo provenzal (o un AOVE español frutado medio con notas herbáceas)
- 1 cucharadita de vinagre balsámico suave (opcional, al gusto)
- Sal en escamas o sal marina fina al gusto
- Pimienta negra recién molida al gusto
- Opcional: unas aceitunas negras sin hueso, pan rústico para acompañar
Elaboración paso a paso
- Prepara los tomates
Lava los tomates bajo el grifo, sécalos bien y retira el pedúnculo. Córtalos en rodajas de 0,5–1 cm, o en gajos si prefieres una presentación más rústica. Colócalos en una fuente amplia o en platos individuales, intentando que no se monten demasiado.
- Escurre y corta la mozzarella
Saca la mozzarella del líquido de conservación y sécala ligeramente con papel de cocina para evitar que la ensalada quede aguada. Córtala en rodajas similares a las del tomate o en trozos irregulares si buscas un estilo más informal.
- Monta la ensalada
- Opción clásica: intercala rodajas de tomate y mozzarella en círculo o en línea.
- Opción más libre: distribuye el tomate por la fuente y reparte la mozzarella por encima, buscando que en cada bocado haya de todo.
- Añade el basilic
Lava y seca las hojas de albahaca. Puedes dejarlas enteras para un efecto más visual o cortarlas en tiras gruesas en el último momento. Espárcelas sobre el tomate y la mozzarella.
- Aliña con el aceite de oliva de Provence
En un bol pequeño, mezcla el aceite de oliva con una pizca de sal y pimienta negra. Si te gusta, añade el vinagre balsámico. Bate ligeramente con un tenedor para emulsionar y vierte el aliño sobre la ensalada justo antes de servir, asegurándote de repartir bien.
- Ajusta el punto y sirve
Prueba un trocito y ajusta de sal y pimienta si hace falta. Si quieres, añade unas aceitunas negras y sirve acompañado de pan crujiente para aprovechar los jugos.
Información nutricional aproximada (por ración, 1/2 receta)
(Valores orientativos)
- Energía: 350–400 kcal
- Proteínas: 16–18 g
- Grasas totales: 30–32 g
- de las cuales saturadas: 10–12 g
- Hidratos de carbono: 7–10 g
- Fibra: 2–3 g
- Azúcares naturales (del tomate): 5–6 g
Información dietética
- Apta para: dieta ovo-lacto-vegetariana, dieta mediterránea
- Sin gluten (revisa el pan si lo sirves aparte)
- Sin huevo
- Baja en carbohidratos y rica en grasas saludables si usas AOVE de calidad
Maridaje vino: los mejores vinos españoles para esta ensalada
La gran pregunta: ¿cuál es el mejor vino para Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence? Al tratarse de una ensalada fresca, con acidez marcada y notas herbáceas, la clave está en:
- Vinos con buena acidez, que refresquen después del tomate y la mozzarella.
- Cuerpo ligero o medio, sin exceso de alcohol.
- Tanino bajo (o nulo, en el caso de los blancos), porque el tanino choca con la acidez del tomate.
- Aromas cítricos, florales o herbáceos que armonicen con el basilic y el aceite de oliva.
1. Blancos de Rías Baixas (Albariño)
Un albariño joven de la DO Rías Baixas es una combinación perfecta para esta ensalada:
- Acidez vibrante que limpia la boca.
- Aromas a cítricos, manzana verde y flores blancas.
- Un punto salino y mineral que resalta el lado más mediterráneo del plato.
En España, puedes encontrar muy buenos albariños en El Corte Inglés, Carrefour o en vinotecas locales entre los 8 y los 15 €.
2. Verdejo de Rueda
La DO Rueda es otra apuesta ganadora para el maridaje vino con esta ensalada:
- Notas herbáceas, de hinojo y fruta blanca que encajan con el basilic.
- Acidez media-alta y cuerpo ligero-medio.
- Un final ligeramente amargo que combina muy bien con el aceite de oliva.
Si buscas algo fácil de encontrar, casi cualquier supermercado grande en España (Carrefour, El Corte Inglés) tiene una selección amplia de verdejos en la franja de 6–10 €.
3. Blancos de Rioja
No todo en Rioja son tintos. Los blancos de Rioja jóvenes o con muy poca madera funcionan estupendamente con esta receta:
- Perfil frutal (pera, manzana, cítricos) y a veces un toque floral.
- Buena acidez pero con algo más de volumen en boca.
- Ideales si quieres un blanco con un pelín más de estructura para acompañar la cremosidad de la mozzarella.
En vinotecas locales encontrarás referencias de pequeños productores, y en grandes superficies una amplia gama entre 7 y 12 €.
4. Tintos ligeros: Rioja o Ribera del Duero joven
Si eres de los que no perdona el tinto, también hay salida. El truco es elegir tintos:
- Jóvenes, sin apenas crianza o con muy poca barrica.
- Con tanino suave y buena acidez.
- Mejor si tienen notas de fruta roja fresca (fresa, cereza).
Un Rioja joven o un Roble de Ribera del Duero, servido algo más fresco de lo habitual (13–14 ºC), puede ser una opción interesante. No es la combinación perfecta para todo el mundo —el tomate es caprichoso con los tintos—, pero si el vino no es muy tánico el conjunto funciona.
Dónde encontrar estos vinos en España
- El Corte Inglés: gran selección de vinos españoles de todas las DO, perfecto si quieres explorar.
- Carrefour: gamas muy competitivas de Rueda, Rioja, Ribera y Rías Baixas entre 5 y 12 €.
- Vinotecas locales: ideales para dejarte aconsejar y descubrir bodegas pequeñas de tu zona.
Si no sabes por dónde empezar, puedes introducir esta receta en Vinomat y dejar que la app te sugiera el maridaje vino más afinado, ajustado a lo que ya tienes en casa o a lo que piensas comprar.
Trucos de cocina y técnicas para una ensalada de 10
- El tomate, siempre de temporada
Si puedes, apuesta por tomate de huerta, de variedades como corazón de buey, rosa o rama de buena calidad. La ensalada cambia radicalmente cuando el tomate sabe a algo.
- Mozzarella bien escurrida
Sácala del líquido y sécala un poco. Así evitas que el fondo se llene de agua y se diluya el sabor del aceite y la sal.
- No te pases con el vinagre
Si decides usar balsámico, que sea poco y suave. Un exceso de acidez complica la combinación vino; la protagonista aquí es la acidez natural del tomate.
- Aliña justo antes de servir
Si aliñas con demasiada antelación, el tomate suelta agua y la mozzarella se reblandece. Ten todo preparado y monta el plato y el aliño en el último momento.
- Respeta la temperatura
- Tomate: mejor a temperatura ambiente, nunca recién sacado del frigorífico.
- Mozzarella: sáquela 15–20 minutos antes de servir.
- Vino: blancos a 8–10 ºC; tintos jóvenes ligeros a 13–14 ºC.
- Juega con el corte y la presentación
Rodajas finas para algo más elegante, gajos gruesos para un estilo rústico. Incluso puedes montar torres alternando tomate y mozzarella para un efecto más gourmet.
- El aceite, que sea bueno
Es un plato desnudo: si el aceite no está a la altura, se nota. Aunque hablemos de aceite de la Provenza, puedes usar un AOVE español frutado medio (Arbequina, Hojiblanca, Picual suave) con notas herbáceas.
Cómo servirla: ideas para una experiencia completa
Piensa en esta Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence como el centro de una mesa mediterránea:
- Sírvela en una fuente amplia, que se vea el colorido: rojo intenso del tomate, blanco de la mozzarella, verde del basilic.
- Añade un chorrito final de aceite de oliva y unas escamas de sal justo antes de salir a la mesa, delante de tus invitados, para ese toque "efecto restaurante".
Como acompañamientos:
- Pan rústico o de masa madre para mojar en los jugos.
- Unas aceitunas aliñadas y quizá unas almendras fritas.
- Si quieres convertirlo en cena completa, añade una tabla de embutidos suaves o un poco de jamón cocido de calidad, cuidando luego el maridaje vino para que siga encajando.
En cuanto al vino, sirve la botella ya fría en la mesa y comenta por qué la has elegido como vino para Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence: hablar de acidez, frescor y aromas herbáceos siempre anima la conversación. Y si quieres ir un paso más allá, puedes proponer una pequeña cata comparando, por ejemplo, un verdejo de Rueda y un albariño de Rías Baixas con la misma ensalada.
Conclusión: una combinación perfecta para disfrutar con Vinomat
Esta Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence demuestra que no hace falta complicarse la vida para comer de maravilla y disfrutar de un gran maridaje vino. Con buenos tomates, una mozzarella honesta, un aceite de oliva aromático y un par de botellas de vinos españoles bien elegidos, tienes una combinación perfecta para cualquier noche entre semana o una comida con amigos.
Si quieres seguir explorando qué vino para Salade de tomates-mozzarella au basilic et huile d’olive de Provence encaja mejor con tu gusto —más cítrico, más floral, más mineral—, apóyate en Vinomat: introduce la receta, el estilo de vino que te apetece y deja que la app te sugiera el maridaje ideal con las principales DO de España. Tú solo tendrás que encargarte de cortar el tomate, servir el vino… y disfrutar.

